Tecnología y sus desafíos en las nuevas propuestas para el aula
La tecnología y el mundo contemporáneo:
Esta nueva sociedad impactada por el desarrollo de la tecnología informacional, exhibe, al final del siglo, juegos infantiles en donde chicos de diez años, imitando la escena final de una película de terror, son compelidos a asesinar a otro de dos años. Los nuevos juegos de realidad virtual generan o pueden inducir al más tranquilo jugador a que asesine con el objeto de salvarse. La virtualidad que significa “sin referente en la realidad”, se está constituyendo en el signo dominante de la nueva sociedad.
Esto significa el acceso más que posición y, por tanto, aprender a acceder a la tecnología se constituye en el desafío del mundo contemporáneo.
La tecnología y la cultura:
Desde hace ya varios años y a partir de una preocupación por el problema del fracaso escolar y social, advertimos la existencia de una escuela y de una sociedad que no visualizaban ni aprovechaban las diferencias colectivas y generacionales. Por el contrario las propuestas educativas implementadas tendieron a la generación de políticas compensatorias basadas en las teorías de déficits, creando así, situaciones cada vez de mayor discriminación.
Hoy frente a los nuevos desarrollos tecnológicos nos volvemos a encontrar con quienes se proponen estudiar los efectos de la utilización de la tecnología, especialmente en relaciones con los últimos desarrollos, los efectos negativos de las experiencias de la realidad virtual, por la dificultad para generar un posicionamiento crítico. Sin embargo, lo importante es advertir que, en todos los casos nos estamos preguntando acerca del residuo cognitivo, esto es, lo que queda en la mente como nueva capacidad después de hacer, pensar y actuar en las sociedades contemporáneas.
La tecnología y la escuela:
El desarrollo actual de la tecnología redefine las tareas intelectuales de la escuela. Fuera de ella impactó en los espacios de juego y generó un nuevo estilo de pensamiento asignado por la respuesta rápida, el ensayo y el error como estrategia cognitiva, el accionar individual y la carrear de obstáculo y la estrategia de resolución de problemas. La escuela desconoció el impacto de la tecnología en la cultura en lo que refiere a las nuevas maneras de operar y en el desconocimiento, contenido en una buena justificación teórica epistemológica, respecto de su carácter de herramienta; ignoró el actuar tecnológico que implica hoy el conocimiento abierto a las velozmente cambiante condiciones.
Pero nuestro análisis no guarda relación directa y unívoca con una partida presupuestaria que permita la incorporación de computadoras en el aula. Una escuela donde se desarrolle el pensamiento crítico y creativo implica reconocer que las prácticas rutinarias, descontextualizadas de los problemas auténticos, difícilmente permitirán el desarrollo de la capacidad de reflexión.
Las nuevas tecnologías impactan la cultura de todas las sociedades, desde los sectores más ricos hasta los más carenciados y marginales. En cualquiera de las situaciones, el uso de la tecnología puede implicar la implementación de excelentes propuestas para la resolución del acceso al conocimiento o la utilización de otras empobrecedoras. En todos los casos, nuestros desafíos en el sistema educativo tienen que ver con la elección de las prácticas que rompan los ritos y den cuenta del compromiso que asume cotidianamente el y la docente a fin de que los alumnos aprendan en el vertiginoso mundo contemporáneo, comprometidos en la recuperación de una enseñanza solidaria en los difíciles contextos de prácticas cotidianas.
La tecnología y la enseñanza:
Es importante reconocer además, las creencias de los docentes respecto de la tecnología. Al reconocerlas, probablemente podamos rastrear modos de pensar que prevalecieron durante largos años; algunos de ellos aún se entremezclan con nuestras concepciones actuales y por tanto se reconocen en nuestras prácticas. Durante décadas, se atribuyó a la tecnología diferentes funciones, aún cuando una de las prevalencia tuvo relación con la motivación de aprender. Otras de las creencias se vincularon con la resolución de los problemas de comprensión.
En una posición opuesta se reconocen los efectos nocivos de la utilización de algunas tecnologías en tanto su uso puede anular algunas de las capacidades que les interesa sostener a la escuela.
En los diferentes niveles del sistema educativo y a lo largo de los años, los docentes de los diferentes niveles se repiten diferentes preguntas: ¿cómo hacer para que los alumnos comprendan, recuerden, sepan aplicar y transferir lo enseñado a diferentes situaciones?
También a lo largo de las décadas, los docentes le atribuyeron a la tecnología diferentes funciones. El estudio de estas funciones implica reconocer una primera idea que permaneció básicamente inalterable a lo largo de los años: trabajar con los medios favorece despertar la atención y mantener el interés.
La utilización de un medio cortaría, entonces, por lo novedoso, la rutina de la clase y daría cuenta de un docente preocupado por generar propuestas atractivas. Es probable que una primera introducción de una práctica de la enseñanza que incorpore el análisis de un video, el trabajo con un programa de informática o la utilización de algún mensaje de los medios de comunicación masiva, resultan interesante para los alumnos.
La tecnología creada para el aula y la utilización de los medios en el aula, creados para otras circunstancias, pero reconstruidos en tanto se la utilizaba en este ámbito, ocuparon más un lugar de apuesta a la modernidad que un análisis que recuperar trabajar con todos los sentidos, deconstruir imágenes, crear nuevas, acercarse de múltiples maneras al conocimiento.
Se crea la tecnología para la escuela y se plantean o diseñan experiencias de enseñanza en donde los docentes asumen el papel de facilitadores de la experiencia. Esto genero una suerte de intermediación en la que el papel fundamental en relación con la enseñanza los satisfacen los materiales creados para tal fin y los docentes lo ponen a disposición de los alumnos.
Volver a pensar las propuestas para el aula:
En el interés por reconocer nuevas propuestas para el aula, se presenta siempre el desafío por generar experiencias que atraigan a los estudiantes, le permitan desarrollar actividades creativas y autónomas a la par que generan valiosas experiencias de aprendizaje en torno al conocimiento de contenidos, temas, campos disciplinarios, perspectivas de análisis. Ambos aspectos se entrelazan en las distintas experiencias de aprendizaje y llevan a generar las propuestas que retoman lo mejor de las tradiciones y algunos de los principios de la didáctica de la escuela nueva.
Estos modos se derivan de enfoques que ponen énfasis en los procesos reflexivos para la comprensión de los alumnos. Si pensamos en la innovación para el aula y nos proponemos recuperar los modos de pensar inteligentes, creativos y profundos, podremos reconocer diversos medios de enseñanza en donde las innovaciones tengan sentido.
Para ello, los docentes deberán proveer de apoyos o tecnologías para ayudar a los alumnos a que logren buenas resoluciones. Solo cuando lo logran puede ser retirado el apoyo para que trabajen de manera independiente. Los estudiantes deberían verbalizar sus conocimientos y procesos cognitivos, comparar cómo piensan entre ellos, con el docente y con su experto ideal, para que finalmente, no sólo resuelvan problemas sino que se los planteen de manera independiente. En estos modos subyacen algunos principios que fomentan la comprensión y que debieran subyacer a cualquier decisión respecto de una actividad para proponer. Uno de los primeros, reconocer que cualquier experiencia que se plantee el punto de partida es el lugar de comprensión del alumno, esto es, reconocer sus maneras de visualizar el tema o problema. Esto permite entender las dificultades, los puntos de vistas, los esteriotipos y las mismas posibilidades.
Bibliografía: Litwin, Edith, Tecnología Educativa: Política, Historias y Propuestas, Bs. As. Paidós, 1995.